Soñando despierto
Kathy Tyers
Han mantuvo a Chewie a su lado mientras avanzaban
furtivamente por los pasillos de la nave Flauta. Leia iba corriendo delante de
ellos. Ella insistía en que sabía dónde estaba Luke. Probablemente lo supiera.
Entre las atentas miradas de algunos lagartos
aislados, admiró la fluida carrera de la mujer. La amaba. Ya nunca habría otra.
Y él era la primera relación seria de Leia, aunque
no es que ella lo hubiera llegado a decir expresamente. A veces, hay cosas que
un hombre simplemente sabe.
Ella dobló una esquina del pasillo.
-¡Leia! –la llamó con un fuerte susurro-. ¡No tan
rápido!
Era la primera vez que sentía que iba en serio.
Comprometido. Moriría con ella antes que serle infiel.
Uh. Quién lo iba a decir, después de la vida que
había llevado...
¿Cómo podría evitar arruinarlo todo, del mismo modo
que fastidiaba las cosas una y otra vez? (Aunque no quería preguntárselo a
ella. ¿Preguntarle a Luke? Ni hablar. El niño ni siquiera había tenido...)
Chewbacca disparó en la oscuridad.
Han parpadeó. No quería que Leia sufriera porque él
olvidara prestar atención. Un pensamiento curioso: protegerse a sí mismo para
mantenerla feliz.
-¿Qué ha sido eso? –susurró, pegándose al costado
de su peludo copiloto.
La cabeza de Leia reapareció en la esquina del
pasillo.
-Vamos –les reprendió.
-Eh –dijo él con una sonrisa torcida-. Te estamos
guardando el trasero. Ve a buscar al chico.
El silencioso y furioso rubor de Leia recompensó a
Han. Sin responder, ella dio media vuelta y salió corriendo por un pasillo.
Chewbacca le dijo a algo a Han entre suaves
rugidos.
-Sí. –Con una sonrisa, Han agitó su bláster-. A mí
tampoco me gusta. Vamos.
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