martes, 12 de enero de 2016

Asalto a la Base Edan


Asalto a la Base Edan
Peter Schweighofer y Stephen Luminati

El capitán Tulimus estaba de pie en el puente del Caos. Su Destructor Estelar Imperial se cernía como un silencioso gigante sobre el planeta que tenía debajo. Tras él, los oficiales y los técnicos en los pozos de tripulación trabajaban furiosamente en sus controles.
Varios cazas TIE pasaron volando por delante del ventanal mientras el Caos maniobraba para ponerse en órbita. No habían encontrado naves rebeldes en el sistema, pero estaban protegiendo al destructor estelar en caso de que la Alianza tratara de lanzar un ataque sorpresa.
Un oficial del Ejército Imperial se acercó al capitán.
-Coronel Deers. Estamos orbitando Edan II, donde se encuentra una base rebelde oculta y... bueno, otros objetivos de interés imperial.
-Señor, he preparado mis tropas para un asalto terrestre... –comenzó a decir el coronel.
El capitán Tulimus alzó una mano para hacer callar al oficial.
-Eso será innecesario.
-Pero, señor, nuestro droide sonda de reconocimiento mostró que la base está protegida por un escudo. También tienen un cañón iónico... si deciden evacuar, tendríamos pocas probabilidades de atraparles.
-Ya me he ocupado de eso –dijo el capitán Tulimus-. Tenemos un espía en el interior que se asegurará de que el escudo está bajado y el cañón iónico desactivado cuando comencemos nuestro bombardeo.
-¿Debo preparar una pequeña fuerza de avanzada para actuar cuando los escudos hayan caído? –preguntó el coronel Deers-. Tal vez una escuadra de soldados con una lanzadera armada; pueden acorralar a los rebeldes que traten de huir hasta que llegue el equipo de asalto más pesado.
Tulimus se acarició la barbilla.
-Muy buena idea, coronel. Asegúrese de que al principio se mantengan a buena distancia de la base. Mis baterías turboláser convertirán el objetivo en un montón de escombros.
-Prepararé una fuerza expedicionaria de inmediato –dijo el coronel Deers.
-Sí. Mantenga el resto de sus tropas a la espera. Seguirán el rastro de cualquier posible fugitivo. Usted está al mando de todas las operaciones de superficie. Todas las zonas de importancia estratégica deben ser ocupadas una vez destruyamos la base rebelde.
El capitán Tulimus indicó al coronel Deers que podía retirarse, y luego se volvió a su oficial de puente superior.
-Apunten todas las baterías turboláser y manténganse a la espera. Comenzarán el bombardeo a mi señal.

***

Tú y tus compañeros sois miembros de la Alianza Rebelde de servicio en una base secreta en Edan II. Algunos de vosotros sois soldados, otros exploradores y pilotos. Incluso algunos viajeros estelares y contrabandistas se han detenido en la Base Edan para entregar suministros.
Todos creéis en luchar contra el Imperio, pero es una tarea ardua y fatigosa. A cada uno de vosotros se le ha asignado un catre en los dormitorios generales de la base. Habéis acabado vuestras tareas diarias. Después de un rápido bocado en el comedor, os habéis retirado a descansar. Dado que estáis muy cansados, no tenéis problema en caer en un profundo sueño...
¡Bum! Todos sois arrancados del sueño por una serie de inmensas explosiones. La sirena de alarma de la base aúlla en cada habitación. La voz del comandante Drayson cruje en los altavoces del intercomunicador:
-La Base Edan está siendo atacada. Todo el personal debe evacuar la base y dirigirse a los puntos de encuentro. Repito, el Imperio está atacando. Evacúen la base...
El intercomunicador queda en silencio después de otra explosión.
Tomáis vuestras pertenencias y salís corriendo de vuestras habitaciones. El pasillo del exterior está lleno de personal de la base que corre en todas direcciones. La tierra se sacude con cada nueva explosión, haciendo que cascadas de polvo de duracemento caigan desde el techo. Los paneles de iluminación parpadean encendiéndose y apagándose.
¿Qué vais a hacer?
Separarse no es buena idea; vais a necesitar toda la ayuda que podáis encontrar para salir con vida. Uniendo vuestros recursos y habilidades podréis escapar del ataque imperial.

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