lunes, 15 de febrero de 2016

Evasión de la cantina


Evasión de la cantina

En fuga
Has pasado los últimos días en el puerto estelar de Wroona, ocultándote de algunos cazarrecompensas –que tratan de “recaudar” la deuda de los pagos retrasados por tu nave- y tratando de encontrar algo de trabajo transportando (o contrabandeando) mercancía.
Hoy los negocios comenzaron a tener buena pinta cuando contactó contigo un anciano que estaba dispuesto a pagarte 5.000 créditos por transportar una simple tarjeta de datos a un amigo suyo en Salliche; un general retirado llamado Locus Geen. Conoces las rutas hacia Salliche, así que el trabajo parecía pan comido. Desde luego, sospechabas ligeramente que este tipo trabajaba para la Alianza Rebelde, pero mientras te paguen, no te importa trabajar para los rebeldes. Así que decidiste aceptar el trabajo.
El único problema era que tu cliente no llevaba consigo la tarjeta de datos cuando te reuniste con él por la mañana. Así que quedasteis en reuniros en un almacén en el puerto estelar de Wroona. Todo fue bien... el viejo te entregó la tarjeta de datos, te dio instrucciones para encontrar a Locus Geen en Salliche, y acababa de entregarte 5.000 créditos cuando una escuadra de soldados de asalto imperiales irrumpió en vuestra pequeña reunión. No te apetecía quedarte ahí quieto y responder preguntas sobre la Alianza Rebelde... en lugar de eso, desenfundaste tu bláster, disparaste unas cuantas veces, y te lanzaste a una retirada precipitada.
Ahora el Imperio está registrando el puerto estelar de Wroona en tu busca.
Después de correr por algunos callejones, de ocultarte en portales oscuros y de mezclarte en las grandes multitudes, has llegado a un callejón sin salida. Ante ti, una escuadra de soldados de asalto imperiales ha establecido un punto de control, y están inspeccionando la identificación de todo el mundo que pasa por allí. Mirando rápidamente por encima de tu hombro, adviertes a cuatro soldados de asalto más que se acercan hacia ti por la multitud. Pensando con rapidez, te introduces en la cantina del puerto estelar...
El interior de la cantina es oscuro y lleno de humo. Las luces en las mesas, los reservados y la barra sólo proporcionan una débil iluminación. Varios parroquianos deambulan por allí, y un camarero sullustano trabaja detrás de la barra, ocupado limpiando vasos con un trapo sucio. Uno de los reservados cerca de la parte trasera del bar está cerrado con una cortina de tela rasgada; aparentemente esta cantina en ocasiones alberga actuaciones de una banda en directo, pero no hoy. En su lugar, resuena en el local música enlatada a través de antiguos y crepitantes altavoces dispuestos a intervalos por el techo.
Varios parroquianos de la cantina captan tu atención; podrían ser capaces de ayudarte, o al menos ofrecerte cierta cobertura si a los soldados de asalto les da por pensar y comienzan a registrar el lugar. El camarero sullustano podría ser de ayuda, y te mira como si te estuviera invitando a echar un trago.
En un reservado ves a un rodiano que está sentado solo; si te sientas frente a él en el reservado, no serías visible desde la entrada de la cantina.
Apoyada en la barra al fondo del todo de la cantina ves una mujer con cabello rubio platino, con pantalones y botas negras, una camisa blanca y un chaleco rojo. Lleva una llamativa cinta en la cabeza, y una pistola bláster pesada sujeta a la cadera. Su mirada va pasando de su bebida a la zona de la banda cubierta por la cortina, y luego a la entrada de la cantina.
Tal vez te interese ver si sabes algo acerca de esos alienígenas o sobre la mujer, antes de decidirte a pedirles ayuda...

No hay comentarios:

Publicar un comentario