Permiso
concedido
Peter
Schweighofer
El almirante Ackbar y Mon Mothma se encontraban
examinando el mapa estelar holográfico que flotaba sobre el escritorio en los
aposentos de Ackbar cuando sonó el timbre de la escotilla de entrada. Mothma se
incorporó y pulsó el panel de control de la puerta. La escotilla se deslizó a
un lado, mostrando a uno de los guardias de servicio en el pasillo del crucero
mon calamari.
-Canciller, la princesa Leia Organa está aquí para
veros.
-Hazla pasar –urgió Mothma-. No la retengas con todos
vuestros procedimientos de seguridad. –Se volvió hacia Ackbar-. Almirante, esta
obsesiva atención a mi seguridad se está volviendo molesta.
-Le aseguro que estas precauciones son
completamente necesarias para mantener la seguridad en la flota –replicó Ackbar.
La princesa Leia apareció en la escotilla.
-Entra, Leia –dijo Mothma-. Ackbar y yo estábamos
hablando de los próximos movimientos de la flota.
-Con el fin de evadir las patrullas imperiales y
ocultar nuestras propias fuerzas, estamos preparando varios saltos
hiperespaciales hacia el Cúmulo de Minos –dijo Ackbar, señalando al sistema de
mapas holográficos sobre su escritorio-. No entraremos en el Cúmulo, pero
tenemos aliados cerca, y los sistemas adyacentes sólo tienen una presencia
militar imperial mínima...
-En realidad, he venido a hablar de un asunto que
no está relacionado con los planes de la flota –comenzó a decir Leia-. Como
saben, el capitán Solo fue capturado por el Imperio en Ciudad Nube, y entregado
a Boba Fett.
-Sí, hemos sido informados –dijo Ackbar-. Algo
acerca de que el pobre hombre fue congelado en carbonita para llevárselo a ese
vil gánster, Jabba el hutt. Un desarrollo de los acontecimientos de lo más
lamentable. Esperaba que Solo nos ayudara a coordinar la llegada de esas nuevas
naves corellianas cuando nos acerquemos a Voorlach...
La mirada de Leia dijo a Mon Mothma todo lo que la
mujer necesitaba saber.
-Creo que este problema tiene menos que ver con la
rebelión y más con la princesa –dijo Mothma.
-Sí. Me gustaría solicitar permiso para reclutar un
pequeño grupo y perseguir a Boba Fett –dijo Leia finalmente-. Creo que con
algunos de los contactos de Lando Calrissian, y la ayuda de Luke y Chewie,
podríamos ser capaces de rescatar a Han.
-Ciertamente, el liderazgo del capitán Solo nos
sería de utilidad en la flota –dijo Mothma-. Pero presiento que hay otras
razones por las que deseas rescatarlo.
La mirada de Leia bajó al suelo.
Ackbar sonrió.
-Ya veo. Se concede el permiso para tu misión de
rescate. Tal vez podamos hacer algunos arreglos para apoyar vuestros
esfuerzos... conjuntamente a operaciones rebeldes ya existentes, por supuesto.
-¿Están seguros de que no se me necesita aquí? –preguntó
Leia-. Sé que aún es necesario hacer tantas cosas...
-La teoría militar estándar dice que una fuerza
dividida no puede ganar la batalla –apuntó Ackbar.
-Almirante, este no es momento de recitar sus dogmas
de estrategia militar –le reprendió suavemente Mothma.
Ackbar se volvió hacia ella.
-A veces, la teoría militar puede ser una metáfora
para los asuntos del corazón. Querida –dijo Ackbar, apoyando la mano sobre el
hombro de Leia-, a veces debemos ganar la batalla en nuestro interior antes de
luchar la batalla exterior.
-Tiene razón, Leia –convino Mothma-. Tómate el
tiempo que necesites. Nosotros nos dedicaremos a reunir la flota. Cuando
regreses con el capitán Solo, todos estaremos preparados para asestar un golpe
al Imperio.
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