viernes, 4 de septiembre de 2015

Las galas del puesto


Las galas del puesto
Peter Schweighofer

Xizor había convocado a sus vigos y -como cualquier buen lacayo- Lonay había recorrido en tiempo record la larga distancia desde su fortaleza en los Territorios del Borde Exterior, deslizándose inadvertidamente en Coruscant. La orden constante de Xizor de evitar ser detectados cuando viajaran al Centro Imperial era bien conocida, y la pena por desobedecer ese edicto era bastante... severa. Lonay no tenía ningún deseo de enfrentarse al castigo a manos de Guri, la implacable compañera del príncipe Xizor, y –como siempre- fue escrupulosamente cuidadoso al aterrizar en Coruscant.
Lonay y su escaso séquito se acomodaron en los apartamentos palaciegos que Xizor le había habilitado cuando el twi’lek se convirtió en vigo, a la espera de la inevitable citación de Xizor.
No fue una larga espera. Howzmin pronto acudió para decir a Lonay que Xizor se reuniría con sus sub-lugartenientes. Lonay se retiró a solas en sus cámaras privadas, para prepararse.
Después de vestirse con su mejor túnica y el mejor de sus fajines, Lonay abrió el cofre. La tapa se alzó para revelar un espejo en su interior; la caja estaba repleta de las mejores riquezas que Lonay pudo encontrar, cada una de ellas un recuerdo de su estatus como vigo del Sol Negro.
Primero tomó el pectoral, lo dejó caer sobre su pecho y sus hombros, y lo sujetó detrás del cuello. La pieza estaba realizada con miles de gemas, cada una de ellas atravesada por la mejor seda saava y engarzada formando patrones decorativos con discos de metales preciosos. Era una prenda digna de mil reyes; un símbolo de alto rango que Xizor le había otorgado.
Uno a uno se adornó varios dedos con opulentos anillos, cada uno con una piedra diferente.
-Anillos así podrían decorar las manos de muchos prósperos mercaderes -dijo Lonay en voz baja para sí mismo-. Debo recordar que yo, también, soy una especie de empresario.
Lonay sujetó entonces a su fajín la vaina que contenía su daga enjoyada. Se la quitarían en la antecámara anterior a la sala de audiencias de Xizor, pero era un símbolo de su poder sobre la vida y la muerte de sus subordinados... y sus víctimas.
Retirando varios broches e insignias de sus protecciones, Lonay los examinó uno a uno, y luego los abrochó en su túnica. Cada uno conmemoraba un evento o una alianza que había realizado. El broche wrooniano era un regalo de Mako Spince, como pago por haber protegido a Spince de los bandidos Na-Qoit, y proporcionarle un empleo como controlador de tráfico (e informante del Sol Negro) en Nar Shaddaa. La insignia de la piedra Corusca le fue otorgada cuando salvó a los miembros del entonces incipiente Consejo Esclavista Mytaranor de la destrucción a manos de la flota de sector del moff Julstan. Y el antiguo broche twi’lek, diseñado para contener una pizca de ryll, era un regalo de un pariente lejano, Tru’eb, un twi’lek desterrado al igual que él mismo, y experimentado contrabandista de armas.
Luego iban los pequeños frascos de pintura corporal azul y marrón. Observándose en el espejo del cofre, Lonay untó su dedo en los frascos y adornó cuidadosamente sus colas craneales con los antiguos caracteres del lenguaje de su pueblo. Cuando hubo terminado, se limpió el dedo con un paño cercano y leyó en voz alta los pictogramas artísticamente trazados:
-Soy Lonay, hijo de Mogra’daal, tan sólo un vagabundo sin clan en un mar de estrellas.
El último objeto que Lonay sacó de la caja era un brazalete dorado, provisto de una bisagra para poder ser colocado o quitado con facilidad. Lonay lo cerró con un chasquido en torno a su muñeca. Lo miró fijamente por un instante, y luego dejó que la manga de su túnica cayera sobre él, ocultando el costoso grillete. Muchos de su pueblo llevaban distintos brazaletes –las ligaduras de la esclavitud- como una parte aceptada de la vida twi’lek. El suyo no era distinto.
-El amo de uno es el esclavo de otro –decía Lonay a menudo-. Ese es el orden del universo.
Lonay estaba listo para unirse al resto de vigos e inclinarse ante el señor del Sol Negro.

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